Flatland era un mundo de dos dimensiones, una superficie llana donde vivían seres de diversas formas geométricas incapaces de abandonar su mundo ni imaginar que pudiera existir algo diferente.
La vida transcurría plácidamente hasta que un día, un habitante común, un cuadrado, tuvo una experiencia paranormal: una visita de un ser del Más Allá. Y lo que vio fue un ser tridimensional, una esfera, pero cuando el objeto penetró en Flatland solo percibió su sección transversal, es decir, un círculo. El visitante abrió así los ojos del cuadrado haciéndole ver por primera vez la superficie llana en que vivía y la posibilidad de la existencia de una tercera dimensión.
Cuando el cuadrado volvió a su casa nadie quiso creerle y fue encarcelado, porque vieron en él una amenaza para la sociedad. Muchos científicos medievales y no pocos investigadores modernos han pasado por situaciones semejantes.
¿Cuántas verdades desconocemos por seguir los inicuos prejuicios humanos?
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